Detrás de la inteligencia artificial, el regreso de las utopías tecnológicas

“Hemos perdido el optimismo sobre el futuro, a veces por buenas razones. Pero creo que es deber de todos reavivarlo. (…) Y la única forma que conozco de encontrarlo es utilizar la tecnología para crear abundancia. » Este credo fue formulado por Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, el 15 de mayo. en una conferencia en Toronto. Menos de seis meses después del lanzamiento del robot conversacional ChatGPT, el empresario estadounidense de 38 años habló en la metrópoli canadiense durante una gira mundial digna de un jefe de Estado que lo llevó a Bruselas, Río, Londres, Tokio o París -donde Emmanuel Macron lo recibió en el Elíseo. Su empresa, OpenAI, ha vuelto a poner el foco en la inteligencia artificial (IA), que será uno de los temas estrella del salón VivaTech, organizado en París del 14 al 17 de junio, con el presidente francés, Elon Musk, y responsables de Google como ponentes. Mente profunda.

Un cambio de tono en el sector tecnológico

Esta profesión de fe a favor del “tecnooptimismo”, ya había teorizado Sam Altman en 2021, en un post titulado “La ley de Moore para todo”. Una referencia al principio, enunciado por el ingeniero Gordon Moore, del crecimiento exponencial de la capacidad informática de los chips de ordenador.

“El progreso tecnológico que lograremos en los próximos cien años superará con creces todo lo que hemos hecho desde que dominamos el fuego e inventamos la rueda”, predijo el director de OpenAI, admitiendo que «Parece utópico». “Podemos construir inteligencia artificial general. Podemos colonizar el espacio. Podemos hacer que la fusión nuclear funcione y ampliar la energía solar. Podemos curar todas las enfermedades. Podemos construir nuevas realidades”desde entonces ha detallado, en una serie de tweets de febrero de 2022… poco antes del lanzamiento de ChatGPT y DALL-E2, estos programas de software capaces de crear, a partir de instrucciones escritas, textos e imágenes impresionantes.

Los comentarios de Sam Altman ilustran el regreso, en la tecnología, de discursos más conquistadores, incluso prometeicos y mesiánicos. Desde 2016, el tono ha sido a menudo más defensivo y policial entre los líderes de los gigantes digitales Facebook, Google, Apple y Amazon, acusados ​​a su vez de haber permitido que los Estados interfirieran en las elecciones de Donald Trump, de haber protegido mal sus datos personales y de haber abusado de su posición dominante. …

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Estos mensajes más ambiciosos se ven impulsados ​​por el auge de la IA. Pero también por la aparición de nuevas empresas en ámbitos alejados de la Web, como la biotecnología o la energía. Los lucen figuras como Sam Altman, ex director ejecutivo de la incubadora de startups Y Combinator, o Elon Musk, que continúa –con su estilo provocativo que recuerda a Donald Trump– expandiendo su conglomerado en el sector del automóvil (Tesla). , implantes cerebrales (Neuralink), espacio (SpaceX)… En este último ámbito, su rival es Jeff Bezos, ex director general de Amazon, ahora inversor multisectorial.

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