En Amiens, la fábrica de MetEx vive un entusiasmo similar que rara vez se ve. En suspensión de pagos desde marzo, el centro de producción de aminoácidos se ha convertido, a pesar de sí mismo, en un símbolo de los errores de la Unión Europea y en el lugar de paso imprescindible para los candidatos a las elecciones del 9 de junio que quieran pulir su escudo social. El lunes 13 de mayo, el diputado de La Francia Insumisa (LFI) por Somme, François Ruffin, vino a informarse sobre este buque insignia industrial y a apoyar a la cabeza de lista del LFI para las elecciones europeas, Manon Aubry, en una reunión esa misma tarde en su distrito electoral. El natural de Amiens también aprovechó para asestar algunos golpes a Raphaël Glucksmann, acusado de reproducir a la izquierda irreconciliable. Al día siguiente, le tocó al jefe de lista de la Plaza Pública y al Partido Socialista (PS) jugar la carta social frente a la fábrica. Y para responder a su rival de izquierda.
Son las cuatro de la tarde cuando los directivos de MetEx dan la bienvenida a Raphaël Glucksmann, el martes 14 de mayo. Frente a la entrada, sobre sábanas o carteles blancos, hay lemas que resumen la angustia de los empleados de la empresa: “No al dumping chino”, “Europa cautelosa, China nos está matando”. Atrapado entre las normas europeas que le impiden obtener materias primas a buen precio (azúcar en este caso) y la “dumping social” de China, posible gracias a la ausencia de barreras aduaneras, MetEx está al borde de la asfixia.
Este es el pan bendito para el señor Glucksmann, que lleva meses luchando contra “estrategia política” de China, acusado de “ratiboizar” Empresas europeas, con grandes cantidades de subvenciones, explotando a los uigures, mano de obra esclava, y sin preocuparse por la transición ecológica. “Somos los pavos del chiste de la globalización”insiste a los directivos de la empresa.
“Ruffin, Glucksmann, no me importa”
Con casco de construcción atornillado a la cabeza, chaquetas y gafas protectoras, el eurodiputado atraviesa ahora las unidades de producción, entre los tanques de fermentación, de los que desprende un fuerte olor, y las líneas de envasado. El candidato, que quiere hacer de la reindustrialización el primer pilar de su programa, aprovecha la oportunidad para recordar las medidas que apoyó en el Parlamento Europeo: el establecimiento de un impuesto al carbono en las fronteras, la exclusión de productos del trabajo forzoso o la deforestación. “Estos instrumentos tendrán un impacto en su producción”promete a sus invitados.
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