Emmanuel Macron marcó la pauta, el domingo 7 de abril en Alta Saboya, para la ronda de conmemoraciones de los 80mi aniversario de la Liberación. La elección, como primer paso, de la necrópolis nacional de Morette, en el valle del Fier, donde están enterrados los 105 “mártires” des Glières, le permitió denunciar “el espíritu de desconfianza y el espíritu de” en un país que, “Durante muchos años ya no se amaba a sí mismo”.
Porque en la meseta de Glières, en marzo de 1944, no había ningún “De un lado los franceses, del otro los nazis”recuerda el Jefe de Estado, acompañado por el presidente (renacentista) de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, cuyo abuelo se resistió a los Glières, y por el ministro de las Fuerzas Armadas, Sébastien Lecornu. “Cuando el teniente Tom Morel perdió la vida en Entremont, el 9 de marzo de 1944, lo mató una bala francesa, disparada por el comandante de un grupo de reserva móvil de Vichy”precisa Emmanuel Macron, que saludará poco después al nieto del héroe, Ivan Morel, oficial del ejército.
“Cuando, el 26 de marzo de 1944, el general nazi Karl Pflaum lanzó a sus 2.800 hombres para atacar la meseta de Glières, él estaba entre ellos. (…) Milicianos franceses y grupos móviles de reserva del régimen de Vichy”Más detalles el Presidente de la República ante unas 2.000 personas, entre ellas tres secciones de cazadores alpinos y cerca de 600 estudiantes universitarios.
Dos tercios de los combatientes de la resistencia fueron hechos prisioneros y 124 murieron durante los combates o fueron fusilados. Nueve desaparecidos, varios de los cuales murieron durante la deportación. Si la meseta de Glières fuera “un centro neurálgico de la Resistencia”También fue escenario de una “Tragedia francesa”, resumió el jefe de Estado. “Los franceses encarcelaron a los franceses. Los franceses asesinaron a los franceses. » Lejos de querer “reconciliar recuerdos” En este año de celebración de la Liberación, Emmanuel Macron distingue a quienes “Rechazó el destino, en un momento en que otros cedieron”. Propuestas que resuenan con la actualidad, mientras que una parte de la clase política, desde la Agrupación Nacional hasta La France Insoumise, se siente hoy tentada a resignarse a la invasión rusa en Ucrania.
Unos momentos antes, Gérard Métral, presidente de la Association des Glières, había pronunciado el mismo discurso, recordando que “muy pocos hombres y mujeres se atrevieron a levantarse” contra los nazis. Básicamente, juzga este artífice de la ceremonia del 7 de abril, esta guerra no fue “nada más que una guerra civil”.
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