Los líderes de la UE dan luz verde a los nombramientos de Von der Leyen, Costa y Kallas a la cúpula europea sin Meloni | Elecciones europeas 2024 | Noticias

El drama italiano no terminó en tragedia. Pese a los recelos y el enfado de la primera ministra de Italia, la ultraderechista Giorgia Meloni —que lleva días cargando contra un proceso de negociación en el que no se la ha tenido en cuenta por pertenecer a la familia de la ultraderecha—, los Veintisiete han dado este jueves luz verde a los nombramientos a la cúpula de la UE: la conservadora alemana Ursula von der Leyen, para repetir al frente de la Comisión Europea, el ex primer ministro portugués, socialista, António Costa, para el Consejo Europeo, y la primera ministra liberal estonia Kaja Kallas como jefa de la diplomacia europea. Lo han hecho sin el apoyo de Meloni, que se abstuvo en la designación de Von der Leyen y votó contra Kallas y Costa. El primer ministro húngaro, el nacionalpopulista Viktor Orbán, ha votado contra la alemana y la estonia. La terna que ya habían encajado el martes los negociadores de las tres principales familias políticas europeas —populares, socialdemócratas y liberales— ha recibido el respaldo de una mayoría suficiente en una reunión en Bruselas, según fuentes diplomáticas.

Von der Leyen y Kallas, que sucederá a Josep Borrell como alta representante para Política Exterior y Seguridad, tendrán que superar ahora la confirmación del Parlamento Europeo, algo que, en el caso de la alemana, por ejemplo, a la que se vota por su nombramiento de forma individual no está garantizado.

Von der Leyen, que se presenta como el faro de la estabilidad en un momento global muy volátil, acelerará desde este mismo viernes una ofensiva diplomática para lograr que el máximo número de eurodiputados la apoyen, previsiblemente en el próximo pleno, en julio. Necesita una mayoría de 361 de 720. Y la suma de los populares, socialdemócratas y liberales, la alianza que la ha respaldado, y ha sostenido la UE en los últimos años, cuenta con 399. Es muy ajustada si tiene en cuenta que perderá votos, incluso de los suyos.

En 2019, cuando salió como tapada para un puesto en el que nunca estuvo sobre la mesa, salió por nueve votos. Y ahora, con el aumento de la ultraderecha tras las elecciones del 9-J y en una Eurocámara mucho más polarizada la situación es distinta. También puede influir lo que suceda en Francia en las elecciones legislativas en las que las encuestas dan una importante subida a la extrema derecha de Marine Le Pen, que podría llegar incluso a gobernar en uno de los dos motores de la Unión. En otro, Alemania, la coalición de Gobierno del socialdemócrata Olaf Scholz también ha quedado tocada: los ultras Alternativa para Alemania (AfD) quedó como segunda fuerza en las europeas.

De ahí, que el drama de Meloni haya supuesto un pequeño quebradero de cabeza para la conservadora alemana, que se ha debatido en los últimos tiempos entre acercarse a la italiana, a la que considera la ultraderecha aceptable —a diferencia de la francesa Le Pen o Alternativa para Alemania—, o apostar por una alianza moderada y sumar a Los Verdes. Para dejar de hacer ruido, Meloni ha reclamado a Von der Leyen una vicepresidencia ejecutiva de la Comisión con una importante cartera económica.

El dilema de los últimos días ha sido si tratar de seducir para atraer a Meloni a bordo para respaldar los nombramientos —para los que no hacía falta unanimidad sino mayoría cualificada reforzada, es decir 20 países que representen al menos al 65% de la población— y contar así con Italia, uno de los países fundadores de la Unión, o hacer oídos sordos a sus críticas y amago de chantaje. Fuentes diplomáticas, cercanas a los populares, habían advertido el miércoles que la terna pactada ya contaba con el apoyo necesario.

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No obstante, este jueves el tono de los lideres que habían criticado la pataleta de la italiana ha ido cambiando. “Nadie respeta a Meloni y a Italia más que yo”, ha dicho este jueves Donald Tusk, primer ministro polaco y negociador de los populares, junto al griego Kyriakos Mitsotakis. Menos explícito, pero también conciliador, ha sido el canciller alemán, Olaf Scholz: “Hemos llegado a un acuerdo político al respecto entre estas tres familias de partidos. Esta es solo una posición. Lo debatiremos con detenimiento y equidad. Los 27 Estados miembros son igualmente importantes; eso es importante”.

Muchos menos problemas ha puesto el primer ministro checo, Petr Fiala, pese a formar parte de la misma familia política europea que Meloni. “Para la República Checa es crucial que la distribución respete no sólo el equilibrio político sino también el geográfico. Los nombres propuestos hasta ahora cumplen con estos criterios. Además, los conozco a todos personalmente, tienen una relación positiva con la República Checa y tengo muy buena experiencia trabajando con ellos”, ha señalado en la red social X justo antes de empezar el debate de los altos cargos, el último que se aborda en este Consejo Europeo.

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