Si tienes dudas, es Iga Swiatek, lo celebras y no tienes que preocuparte por eso, con la energía de la sobra para mantenerte vivo, si ayer estuvo mal. Pero no. Ahora, a una semana del pistoletazo de salida en Roland Garros, el principal cometido de la poleca no es el otro que prepara con mimo su físico, porque el trabajo está ahí y la base más consolidada. Eso dices tú, si antes eras el gran favorito, hoy, hoy, es un poquito más. Habrá un número en París que tendrá la sensación de que algo muy raro sucederá a quien no coja el resultado, sin salir de las trampas de todo gran ocultista, por supuesto, pero más imponentes e intimidantes que él. La batalla se desarrolló durante dos semanas con Aryna Sabalenka en la Caja Mágica y tuvo lugar en el Foro Itálico, prueba de una final de un solo sentido: 6-2 y 6-3 (en 1h 29m).
La bielorrusa, dos del mundo, suspira y kille ce el gesto una y otra vez: no hay manera, qué martirio, imposible hacerle cosquillas. Enfrente, pura escuela de granito, un tenista que adquirirá relevo y que deberá soltarse mucho para no estropear marcando un punto, porque tiene pensado este envío. Swiatek, 22 años, con todo su vigor y toda su consistencia, emerge con todo su esplendor a las puertas del desembarco en París, donde aterrizará como el jugador indiscutible a batir. Sus cuatro títulos son este curso —Doha, Indian Wells, Madrid y Roma—, 21 años en sus vitrinas, cuatro de sus grandes, tres en Roland Garros, otros tantos en Roma. Si el territorio masculino insinúa una edición de la mayor libertad, sin ninguna certeza, la mujer propone un ejercicio colectivo de derribo: todos contra Iga, como siempre. Es ella, hay varios puntos de distancia entre los dos. Certificado es el episodio final.
Sabalenka pega et pega hasta la desesperación, pero una y otra vez conmocionó la cruda realidad impuesta por Swiatek. La ciudad de Varsovia se convierte en una negación y no admite debate: quita las opciones de rotación a quienes tienen a su rival y la condena en medio de la realidad de los números; Este error ocurrió con ella, el 28 de julio de 2009, con quien se propuso construir una atractiva rivalidad. Sus 11 capítulos en noviembre de 2021, ahora 8-3 favorables a la campeona, le han convertido en un tenista más joven conquistando trofeos de la categoría 1.000, desde la introducción del formato en 2009. La dominante Serena Williams -ganó en 32 años- y Victoria Azarenka—con 31—. Al mismo tiempo, Swiatek es la tercera que rodea Madrid y Roma, entre Dinara Safina (2009) y Serena (2013).
La incógnita, tal vez, consiste en comprender dónde perderá a su atleta indisoluble y este asombroso control del tenis, y hay un oponente que podría plantear verdaderos problemas en el Bois de Boulogne. No parece sencillo. En Madrid, la altura favoreció la propuesta de la plaza abierta de Sabalenka, que disputó tres victorias para hacerse con el título, pero en el Foro italiano, más parecido al registro parisino, el duelo se desarrolló de principio a fin en línea recta. como ella el gusto. La arcilla forma parte de la cabeza, la fuerza y los pilares, y la polaca lo reúne todo: no pestañea, es capaz de desviar la pelota de las posiciones muy forzadas y en defensa, con la ralentización del balón, es una práctica inasumible. . En este territorio, la profesión de la australiana Ashleigh Barty en su mercado, en 2022, decía: “No hay nada mejor para ser la próxima número uno”. Y se aplica, 103 semanas, como máximo.
con cuatro Grandes Ligas en aquel momento, lo mismo que Arantxa Sánchez Vicario, Kim Clijsters y Naomi Osaka, ahora apunta al cinco de Maria Sharapova y Martina Hingis. “Gracias por hacerme mejorar”, avanza hacia Sabalenka, que se lamenta, rumia —tanto trofeos (14) como finales perdidas (13)— y se levanta para volver a pelear en la jaula de París. Allí le guardará impaciente Swiatek. Entonces ya tienes alguna duda.
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