Los yacimientos arqueológicos de Cáparra, Villasviejas de Tamuja y el entorno del Bien de Interés Cultural de Alcántara, en la provincia de Cáceres, han sufrido a lo largo de los últimos meses prácticas de expolio por parte de un grupo criminal, al que se le han incautado 2.500 piezas de importante valor, las cuales datan de la antigua Roma. Un operativo que la Guardia Civil ha llamado Tamussia y que se ha saldado con seis detenidos y tres investigados, estos últimos compradores de las provincias de Cáceres, Lleida y Valencia.
El operativo lo han desarrollado, principalmente, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), apoyados por otras instituciones como la Junta de Extremadura o la justicia. El instituto armado ha desarticulado este grupo dedicado al expolio arqueológico con centro de operaciones en Moraleja (Cáceres), al cual se le atribuye daños por valor de 376.000 euros y se le acusa de delitos de daños continuados contra el patrimonio histórico, hurto agravado, blanqueo de capitales, receptación y pertenencia a grupo criminal.
Según ha explicado el teniente coronel, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Cáceres, Rafael Roldán, las investigaciones comenzaron a finales de septiembre y principios de octubre de 2023, cuando se detectaron una serie de excavaciones en estos yacimientos. En los registros, además de las piezas históricas, se han encontrado herramientas que utilizaban para cometer los delitos, como detectores de metales.
La voz de alarma la dieron los trabajadores de los yacimientos de Cáparra, en el término municipal de Oliva de Plasencia, y de Villasviejas de Tamuja en el de Botija, que encontraron hoyos repartidos por los yacimientos y lo pusieron en conocimiento de la Guardia Civil, unas excavaciones que estaban hechas con herramientas manuales.
Antonio Manuel Lucero teniente, jefe del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Comandancia de la Guardia Civil de Cáceres, cuenta que los patrones de actuación eran muy similares, por lo que entendieron que pertenecían al mismo grupo. Además, por las huellas determinaron que eran varias personas las que participaban en los delitos. “Empezaban a excavar cuando anochecía y una persona que vio una noche uno de sus coches nos dio el hilo del que tirar. Averiguamos que era un grupo bien organizado, que tenían sus medidas de seguridad y, a través de mucho seguimiento, conseguimos descubrir donde guardaban las monedas”, cuenta Lucero.
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Los investigadores dicen que se sorprendieron en los registros al ver la cantidad de material histórico que habían conseguido expoliar. “Otra de las vías por las que hemos conseguido localizarlos ha sido a través de la venta cerrada en grupos de internet donde había monedas romanas exclusivas de uno de los yacimientos investigados, el de Villasviejas de Tamuja, que era un lugar donde se acuñaron este tipo de piezas de manera exclusiva”, detalla Antonio Manuel Lucero.
Y desde la Junta de Extremadura, la directora general de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural, Adela Rueda, ha incidido en que la recuperación de las piezas va a permitir seguir ahondando en las civilizaciones que habitaron la región. “Destaco la importancia de la colaboración entre administraciones para preservar el patrimonio”, ha señalado Rueda. Los yacimientos son altamente vulnerables porque están en zonas rurales, que cuentan con poca población.
Rueda asegura que algunas de las monedas recuperadas son muy exclusivas, ya que solo se acuñaban en dos yacimientos de la península Ibérica. El valor económico de una moneda de estas puede llegar a superar en el mercado los 3.000 euros y los vendedores ofrecían los tesoros históricos a precios muy inferiores a su valor real en el mercado legal.
La banda criminal se enfrenta a cuatro años y medio de cárcel solo por los daños producidos en los expolios. Todos los detenidos e investigados, siete hombres y dos mujeres, han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Cáceres.