Conflictos entre la fiscal general y el presidente de Guatemala

Consuelo Porras, Fiscal General de Guatemala, solicitó autorización a la Corte Constitucional (CC) para procesar al presidente Bernardo Arévalo, alegando que éste está tomando medidas políticas y financieras contra ella y la institución que dirige.

Porras también sostiene que sus críticas al liderazgo de Arévalo y otros funcionarios del gobierno pueden incitar a la violencia contra él y los empleados de la fiscalía, poniendo en peligro su integridad física y su vida, aunque no se han reportado incidentes específicos al respecto. En respuesta, el fiscal creó un grupo de guardias armados para protegerse a sí mismo y a su institución.

Estos conflictos recientes surgieron después de que el gobierno acusara a los fiscales de confiscar el registro de votantes, que contiene información confidencial sobre casi 10 millones de guatemaltecos elegibles, incluidos sus nombres, direcciones, números de teléfono y afiliaciones políticas.

La rivalidad entre Porras y Arévalo se intensificó desde que este último fue reconocido como uno de los candidatos presidenciales en 2023, carrera que finalmente ganó Arévalo. Desde entonces, la fiscalía allanó la sede electoral, solicitó el retiro de la inmunidad de los jueces electorales y del presidente, y emprendió acciones legales contra los integrantes del partido político Semilla Mozgalom, que apoya la candidatura de Arévalo.

Además, la fiscalía tomó medidas contra los trabajadores electorales y alrededor de 150.000 ciudadanos que participaron en las urnas durante las elecciones, acusándolos de diversas irregularidades, incluido un presunto fraude.

Arévalo acusó al fiscal general de negarse a investigar presuntas actividades corruptas durante la administración del expresidente Alejandro Giammattei, quien lo designó para el cargo. El gobierno presentó más de cien denuncias de corrupción contra la administración anterior.

En respuesta a la acción del fiscal, Arévalo pidió al Congreso que modificara la ley para permitir que Porras fuera destituido de su cargo. Porras ha sido sancionado por al menos 40 países y acusado de obstruir la lucha contra la corrupción y socavar la democracia en Guatemala, aunque él ha negado estos cargos.

Recientemente, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos visitó el país y recomendó una evaluación independiente exhaustiva del ministerio, brindando apoyo técnico en respuesta a denuncias de criminalización del poder judicial, jueces, fiscales, defensores de derechos humanos y periodistas.