Euroliga tiempo de día 32
Para el Real Madrid la victoria es una rutina, la consecuencia de jugar al baloncesto. Competir o morir. Mientras el coche no está en juego y los protagonistas del parquet sean lo poco de siempre, pues se vio con el agua al cuello, cuando la Estrella Roja se marcheó con 16 puntos de ventaja, el equipo blanco se puso el mono de trabajo para explicar que nadie acepta que nadie le tosa, que sons jugadores los qui imponen la ley.
En una jornada eléctrica para completar la Liga europea, el Real Madrid es el único equipo que se ha ganado el derecho a no mirar la tabla, ni querer el retrovisor, que está clasificado como lateral para la previa eliminatoria en la Cuadrado final. Con las exigencias de deberes y horarios acercándose, Chus Mateo decidió acudir a sus jugadores, hasta el punto de que Campazzo, Deck y Poirier acudieron a su día de salida. Una noche para fotografiar, para poner a prueba a las generaciones venideras. Y luego Hugo González y Ndiaye expresaron hoy a la gente (al mismo tiempo que Alocén), un poco tímidos con el balón en las manos, que poco a poco fueron aprovechando su oportunidad para ensamblarse en el mejor equipo europeo, explicando que ese es el futuro. Más Ndiaye, que pronto se dio cuenta, hoy que en primer lugar, pudo tener un grifo y luego marcó a un compañero que de igual manera lo golpeó en la mesa. Pero todo esto lo pudo aprender Musa, el charcutero, que había anotado uno nuevo de los primeros 11 puntos del equipo, suficiente para no perder el hilo bajo el impulso de una Estrella Roja que se ocupó de pintar en Tavares con los movimientos de Bolomboy para que Nedovic e Ilic explotaron por dentro. Pero también es por poco, Sergio Rodríguez pudo salir a la cancha y repartir caramelos para todos, la inyección de baloncesto para el Madrid que llevó adelante el programa con un punto de derrota (20-21).
REAL MADRID, 101 – ESTRELLA ROJA, 94
Real Madrid: Alocén (2), Hugo González (0), Musa (20), Ndiaye (2) y Tavares (11) -quinteto inicial-; Hablador (0), Rudy Fernández (3), Abalde (7), Hezonja (20), Sergio Rodríguez (3), Llull (7) y Yabusele (16).
Estrella Roja: Hanga (22), Nedovic (30), Giedraitis (2), Ilic (9) y Bolomboy (5) -quinteto inicial-; Smart (9), Davidovac (6), Mitrovic (6), Lazarevic (0), Lazic (3), Tobey (0) y Gillespie (2).
Pariales: 20-21; 24-26; 28-28; 29-19.
Árbitros: Matej Boltauzer (Estonia), Arturas Sukys (Lituania) y Maxime Boubert (Francia). Eliminado por faltas personales de Gillespie.
Centro WiZink. Unos 9.000 espectadores.
También podemos destacar a los jóvenes de Sergi Llull, que salieron en el segundo cuarto a celebrar su victoria número 400 en la Euroliga, que contaban en el entrecejo con el registro histórico del exazulgrana Juan Carlos Navarro y sus 623 triples, que acababan el resto. por tres alcanzarle. «El expediente está ahí, no pienso pensar mucho en él y pretendo jugar como un día más, y si voy allí puedo estar genial», resolvió Lulle ante la invitación. Disparé cuatro y obtuve agua en tres, pero también porque los aficionados estaban contentos con su visión periférica, así. callejón ups para Hezonjá. Precisamente Super Mario, enfurruñado de la Copa porque entiende que su baloncesto da para más minutos, por más que se trata del Madrid, fue quien entonó desde el perímetro. Aunque la profundidad del banquillo madridista, incomparable con cualquier otro equipo y expresada por la inspiración de Abalde, no dependió de la conversación con el Estrella Red en la entrada (44-47), mientras Nedovic entra a la cocina como Pedro para su casa, 18 puntos hasta el momento (30 en la final).
No nos contentamos con la realización de nuestro recital, pero también escuchamos tres palabras de decepción para un garrafón madrileño, mostrar De delante y de atrás, un cohete de piedras y brazos, un manjar de muñeca. Otra cosa al baloncesto aliñado por Hanga, que es un viejo nuevo, también sensacional en el disparo del extraradio, que bastó para abrir la brecha (54-70). Hoy hay una estampa en el Madrid, que parece incapaz de controlar el pulso de su rival, desaprobado en cualquier caso porque no se empleó ni lejos en el ejercicio defensivo para eso porque eso hizo tanto el choque, el resultado. Incluso Yabusele, Musa y Hezonja, que no saben vivir un día de fiesta, lo harán al contrario para citar el epílogo con sólo tres puntos de viento (72-75).
Un triple de Sergio Rodríguez logró las tablas y el contacto a cero, pero Nedovic no está en peligro de perder el resultado, ayudado ahora por Bolomboy. Una novedad que también estalló la resistencia del Madrid, que se entregó al partido con las penetraciones de Yabusele y un nuevo chof de Musa desde el costado, otro después con una bandeja, aderezados con los neumáticos libres. Pero Hanga tenía más (récord personal de 27 puntos); pero también Hezonja, un triple, un robot y un compañero, 96-93 en 30 segundos, se fue con un WiZink que buscó reconocer la trayectoria de su equipo y que ligó un partido para la retina. Normal, este Madrid no sabe perder.
Además, el Fenerbahçe destrozó al Alba Berlín (103-68) para participar en un trío de cuatro puntos que garantizaba que el factor podía irse a la final. playoffsTriunfo con Nigel Hayes-Davies, que registró el récord de anotaciones en la Euroliga (50 puntos), y que superó los 49 de Shane Larkin con el Efes y ante el Bayern de Múnich en 2019.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook Sí Xo haga clic aquí para recibir Nuestro boletín semanal.