La oposición conservadora de la Unión —la suma de los democristianos de la CDU y su socio bávaro de la CSU— han ganado las elecciones europeas en Alemania, según las últimas estimaciones a partir del recuento oficial ofrecidas por la televisión pública ARD, con el 30,2% de los votos. Todas las miradas se dirigen, sin embargo, hacia el segundo puesto, que corresponde a la formación de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), con el 15,9% de las papeletas. Las encuestas de estos últimos días predecían un triple empate entre el partido ultra, los socialdemócratas del SPD y Los Verdes. Pero si los datos provisionales se confirman, tanto el SPD como los ecologistas habrían quedado varios puntos por debajo: 14% los primeros y 11,9% los segundos.
Los desastrosos resultados del partido de Olaf Scholz, y de su principal socio de Gobierno, Los Verdes, han provocado las primeras reacciones de la oposición conservadora, que reta al canciller a someterse a una cuestión de confianza en el Parlamento. “Lo que estamos viendo es desastroso. O el semáforo [así se conoce a la coalición, por los colores asociados a los tres partidos: socialdemócratas, verdes y liberales] cambia de rumbo o tiene que despejar el camino para nuevas elecciones”, aseguró el secretario general de la CDU, Carsten Linnemann, en la televisión ZDF tras conocerse los sondeos a pie de urna. El SPD ha cosechado el peor resultado de su historia en unos comicios europeos. El canciller no ha comparecido en público para valorar el resultado de las elecciones, cuyo recuento oficial se conocerá previsiblemente durante la madrugada.
Los tres partidos de la coalición han perdido en conjunto casi 11 puntos respecto a los últimos comicios europeos, celebrados en 2019. A falta de poco más de un año para las próximas elecciones federales, los ciudadanos han enviado un mensaje muy potente a Scholz y a sus socios, que llevan prácticamente desde el inicio de la legislatura con una intención de voto que no les permitiría volver a formar Gobierno. El partido que peor resultado ha obtenido son Los Verdes, que han perdido 8,5 puntos porcentuales, en línea con los malos resultados de las formaciones ecologistas en toda la Unión.
El resultado del partido ultra marcará el panorama político alemán en los próximos meses. Alemania se enfrenta en otoño a tres cruciales elecciones regionales en el este en las que AfD podría arrasar. Las encuestas dan a los ultraconservadores alrededor del 30% de los votos tanto en Turingia como en Brandeburgo y Sajonia, lo que complicaría enormemente mantener el cordón sanitario que el resto de partidos siguen aplicando a esta formación. En el este alemán, AfD ha sido la primera fuerza. Si los seis Estados federados que formaban la antigua República Democrática Alemana (RDA) fueran un país, los ultras habrían vencido con el 27% de los votos. “¡Somos el partido más fuerte en el este!”, repetía entusiasmada la copresidenta de la formación, Alice Weidel, en sus intervenciones televisivas tras el cierre de los colegios a las 18 horas.
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Los liberales del FDP, el tercer socio del Gobierno del canciller Scholz, han obtenido el 5,1% de los sufragios, mientras que Die Linke (La Izquierda) se queda en un 2,8%. En cambio, la nueva formación de corte populista de la antigua líder de Die Linke, Sahra Wagenknecht, habría obtenido el 6% de los votos, es decir, habría superado no solo a su antiguo partido sino también a los liberales.
“Es necesario un cambio de política en Alemania. Pido al canciller, a los socialdemócratas, a los verdes y al FDP que lo hagan. Las cosas no pueden seguir como en los últimos dos años y medio”, ha asegurado el líder de la oposición, el democristiano Friedrich Merz. “Están ustedes dañando a nuestro país con sus políticas migratorias. Corrijan el rumbo, es necesario para nuestro país”, ha añadido. Ursula von der Leyen, miembro de la CDU y candidata a presidir de nuevo la Comisión Europea, ha felicitado a sus compañeros desde Bruselas: “Estamos encantados con lo que habéis conseguido”.
Alemania ha votado este domingo a sus representantes en Europa ―aporta 96 eurodiputados de los 720 totales al ser el país más poblado de la Unión— con una incógnita en mente: qué resultado obtendría AfD. Hasta hace dos días el segundo puesto parecía estar extremadamente reñido con un triple empate en el 14%, según la última encuesta de la televisión pública ZDF. Otros sondeos atribuían a AfD hasta un 17%, un salto notable desde el 11% de los anteriores comicios europeos.
Pese a que los ultras alemanes han llegado a recoger más de un 20% de la intención de voto, su resultado supone un gran éxito para un partido que en los últimos meses se ha visto acosado por escándalos relacionados con acusaciones de espionaje y corrupción. En enero pasado, decenas de miles de personas se manifestaron en varias ciudades alemanas contra AfD después de que saliera a la luz una reunión que miembros de la formación mantuvieron en Potsdam con neonazis sobre un plan para expulsar a millones de extranjeros.
AfD se enfrenta al aislamiento en Europa después de ser expulsado del grupo derechista Identidad y Democracia (ID), liderado por la francesa Marine Le Pen, como reacción a una entrevista de su candidato, Maximilian Krah, en la que afirmó que no todos los miembros de las SS de Adolf Hitler fueron criminales. Los partidos de extrema derecha, nacionalistas y populistas se están reorganizando en Europa; en las próximas semanas se verá en qué grupo se encuadran los alemanes, que tendrán entre 16 y 17 eurodiputados.
Un 25,5% para los ultras del FPÖ
En Austria, los pronósticos del avance de la ultraderecha van camino de cumplirse. Según los resultados provisionales, el ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ) ha logrado un 25,5% de los votos en las elecciones europeas (8,3 puntos porcentuales más que cinco años atrás). Aunque con una ventaja mínima, es la primera vez que la ultraderecha austriaca se sitúa por delante del resto de partidos a nivel nacional.
Los democristianos del ÖVP, que lideran el actual Gobierno junto a Los Verdes, sufren un gran retroceso de cerca de 10 puntos porcentuales y con un 24,7% quedan en segundo lugar, por delante de los socialdemócratas (SPÖ), con un 23,3%, prácticamente el mismo resultado que hace cinco años. Los Verdes caen menos de lo previsto y alcanzarían el 10,9%, con una pérdida de 3,2 puntos. Los liberales de Neos obtienen el 10,1% de los apoyos tras subir ligeramente.
Los ultras han dado un salto de más de ocho puntos frente al resultado de hace cinco años, cuando acusaron en las urnas de las europeas un escándalo de corrupción que llevó a la ruptura de la coalición de gobierno que integraban como socio menor del conservador Sebastian Kurz. La crisis del caso Ibiza costó el liderazgo al entonces vicecanciller ultra Heinz-Christian Strache, protagonista de un vídeo con cámara oculta grabado en la isla balear en el que ofrecía contratos públicos a una falsa oligarca rusa.
Con un nuevo líder, Herbert Kickl, los ultras austriacos, que han formado parte de varios gobiernos nacionales y están presentes en tres Ejecutivos regionales, han recuperado su fuerza con su discurso antinmigración, euroescéptico y contra las “élites”. Son también desde hace meses la primera opción en las encuestas de intención de voto de cara a las elecciones generales previstas como tarde a finales de septiembre.
La república alpina reparte 20 escaños en el Parlamento Europeo; los seis que consigue la ultraderecha son indicativos de que los votantes quieren “menos Bruselas y más Austria”, ha afirmado el cabeza de lista del FPÖ, Harald Vilimsky. El partido considera que las europeas han sido una prueba para las elecciones generales de otoño. “Los austriacos han escrito historia hoy”, ha proclamado Kickl, antes de añadir: “El siguiente paso es la cancillería”.
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