Aún no son las 20.00 horas del jueves 11 de julio, cuando Emmanuel Macron despega de Washington, como si tuviera prisa por encontrar su país. Durante las treinta y seis horas que pasó en la cumbre de la OTAN, el presidente francés se sumergió en los pasos del mundo, tratando de disipar la idea de que quedaría debilitado en la escena internacional. La disolución de la Asamblea Nacional, que sumió a Francia en una crisis política, ronda el ambiente.
Desde el 7 de julio, Emmanuel Macron ya no tiene mayoría, ni siquiera relativa, en el Palacio Borbón. ¿Puede su voz contar todavía en Europa y en el mundo? Sus homólogos están silenciosamente preocupados. “Una Francia dividida entre un territorio político desconocido”Escribe el El Correo de Washington el 9 de julio.
Antes de pisar suelo americano, el jefe de Estado pensó que había arrasado el terreno enviando una carta a los franceses publicada en la prensa regional. Explicando que al final de las elecciones legislativas, “nadie se lo quitó”Provocó especialmente críticas, particularmente en la izquierda. Pero para él, si sus adversarios no han triunfado es porque él no ha fracasado. Y si todavía no se ha nombrado un nuevo gobierno debido a la falta de un acuerdo de coalición en el Parlamento, Emmanuel Macron quiere creer que el “gran reunión” que él pide, en su misiva, respetará su línea, se ajustará a las “instituciones republicanas, Estado de derecho, parlamentarismo”Próximo “una orientación europea” Y “la defensa de la independencia francesa”.
Construyendo una mayoría
El marco está fijado. Frente a sus aliados, se jacta de haber destituido a quienes podrían haberse opuesto a la política exterior. La víspera, al clausurar la sesión plenaria del Consejo del Atlántico Norte, el presidente recordó a sus homólogos “que los franceses han optado por excluir a los partidos extremistas” y que « Francia tiene hoy todos los medios para confirmar sus compromisos con Ucrania y sus aliados”.informa una fuente diplomática francesa. Emmanuel Macron presenta una experiencia –siete años en el poder– que, en su opinión, pesa más que sus vilezas políticas.
La víspera, durante la cena que reunió a los jefes de delegación, estuvo sentado frente al presidente estadounidense Joe Biden y al lado de Volodymyr Zelensky, el jefe de Estado ucraniano. La prueba de que Emmanuel Macron sigue estando entre los grandes de este mundo y del resto “en el centro de la foto” señala el entorno del presidente francés. Como si nada, el presidente francés continúa con reuniones bilaterales con líderes británicos, turcos, ucranianos, neozelandeses y alemanes.
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