DSe han publicado numerosos comentarios sobre la disolución de la Asamblea Nacional decidida de manera sorprendente por el Jefe de Estado y sobre los resultados de las elecciones legislativas del 30 de junio y del 7 de julio. El pueblo francés ha vuelto a poner de relieve la democracia y el respeto mutuo.
La parálisis actual, bajo el pretexto de los Juegos Olímpicos de París 2024, demuestra que los políticos en su mayor parte olvidan que están al servicio de sus conciudadanos y no al revés. Sin duda deben trabajar para amar. más lejos.
Las prioridades son obvias: hacer la vida más fácil a los franceses sin tomar medidas que serían un desastre económico, practicar una verdadera justicia fiscal, acercar a los gobiernos a regiones que deberían dejar de sentirse restringidas por las políticas, restaurar los servicios públicos por región, eliminar los desiertos médicos, garantizar la seguridad de los franceses…
Después de este recordatorio, observo la ausencia de preocupaciones muy importantes que condicionen nuestro futuro a largo plazo en los distintos programas políticos, incluso si algunas de ellas se abordan marginalmente en el del Nuevo Frente Popular (NFP).
Educación nacional y universitaria.
Initialement, l’éducation nationale devait être une priorité des gouvernements du deuxième quinquennat du président Macron : les mesures annoncées (comme l’éventuel port d’un uniforme par les élèves…) sont bien « timides » et très en deçà de l’enjeu majeur qui est de faire de l’école un lieu d’apprentissage de la démocratie où les élèves reçoivent un enseignement « convenable » dans les matières fondamentales que sont la littérature française, la philosophie, l’anglais, les mathématiques, l’histoire et las ciencias.
Lo que no se ha hecho en los últimos treinta años en favor de las escuelas me hace temer la incapacidad de algún gobierno para implementar las reformas necesarias (mejor formación y salarios de los docentes, revisión de las cadenas jerárquicas, fomento del trabajo en equipo, pertinencia de los programas, etc.) en este ámbito fundamental para el futuro de Francia y de los franceses. No entiendo por qué el rango protocolar que generalmente se otorga al Ministro de Educación Nacional es tan bajo.
En segundo lugar, nuestros conciudadanos deben saber que las universidades francesas reciben actualmente un número mucho mayor de estudiantes, ya que el bachillerato se concede a aproximadamente el 90% de un grupo de edad. Al mismo tiempo, tanto los recursos humanos como los presupuestos asignados a la educación superior no sólo no se mantienen, sino que han disminuido en los últimos años.
Te queda el 46,06% de este artículo por leer. El resto está reservado para suscriptores.