María Pérez y Álvaro Martín, las chicas de oro, culminan la andadura olímpica | Juegos Olímpicos París 2024

Daniel Pintado es un electrón, y qué hay, qué es, la energía pura que se precipita Álvaro Martín, cabeza, cabeza, y ese corazón, cuánto sufre, cómo resistir, cómo acelerar en los últimos metros para dar una palmada. a María Pérez y, como los correos incas que inventaron las postas, o los corceles del pony expreso en las noticias, caer agotado. Gracias a Pintado, inigualable liebre, Italia –Stano, le lucano de bigotillo de puntas retorcidas, y Palmisano, los campeones olímpicos de Tokio– persiguent lejos, en 47s. Más lecciones en Australia.

La energía ni se crea ni se destruye, se transmite, y el de Pintado, central ecuatorial, campamento olímpico de los años 20, pasa, como por arte de magia, no a la compañera a la que apenas toca la mano, Glenda Morejón, que se difumina y se frena ajonaza de los dos opinionsos con que cargan, sino a una española de Granada, bajita, enorme gorra blanca en una cabeza sabia y Decidida, María Pérez, de Orce, que, como desaparecida por un cañón, un misil, Acelerará el oro, que la esperanza, pasada la Torre Eiffel, cruzó el Sena por el Puente de Jena en los jardines del Trocadéro, la mejor vista de París desde todas. Nadie la frena, nada le puede frenar, nadie impide su último kilómetro, paseo triunfal, marchea Imperial. Y podrás sorprender a todos los espectadores detrás de los valles. No pienses en la bandera como la oferta. Quieres ir con las manos libres a atacar con rabia y fuerza, y con alegría, cinturón, como un mameluco con una patada de kárate. Y grita. Un aúllido. El fin de todos los hombres.

Luego se enfada silenciosamente y vomita.

El premio supremo del Esfuerzo. Luego, la foto, la bandera, el abrazo con Álvaro Martín, compañero de relieve, que la cruje; el abrazo con sus empresarios, Jacinto Garzón, de Guadix, Granada, y José Antonio Carrillo, de Cieza, Murcia, que deben quererles a los cuatro.

No hay mejor lugar para la gran exhibición de la marcha del oro, de los chicos de oro, Álvaro Martín, de 30 años, de Llerena, Badajoz, y María Pérez, de 28 años, los primeros deportistas españoles que alcanzan la máxima. la triple corona, campeones de Europa, campeones del mundo, campeones olímpicos. Y hace cuatro días, junto al Sena, bronce y plata, respectivamente, en los 20 kilómetros. Su foto, uno en brazos de otro, las banderas de España para todas las partes, es el gran clásico del deporte español. La imagen nació en la Plaza de los Héroes de Budapest, por el sendero Dos Campeones del Mundo (20 y 35 kilómetros); Se repite en París, donde más luce. Se trata del primer oro para el atletismo español desde la victoria de Ruth Beitia en salto de altura en Río 2016.

“Hemos hecho historia”, dice María Pérez. «Es una boda, lo eres». Y Álvaro Martín, doble grado en política y derecho, TFG sobre la lucha campesina en Extremadura de l’Alma, respondió explosivamente. “¿Qué cojones ves? La felicidad de estar destrozado, cansado, alegre…”, dijo. “Estamos entusiasmados por nuestros juntos, nuestro primer Europeo juntos, nuestro primer Mundial juntos y ahora nuestro primer oro olímpico juntos. Se nos et las cosas bien juntas, ¿verdad?

El último viaje le costó 42.195 kilómetros, una maratón, y perdiendo -a 3:50 el kilómetro masculino, a 4:12, María-, en 2:50:31. Morejón consiguió la medalla de plata para Ecuador, la escuela de marcha de Jefferson Pérez en Cuenca, puros Andes, en los 51s de los españoles, y la tercera, los australianos Rhydian Cowley y Jemima Montag, en 1m 7s. La segunda pareja española, Cristina Montesinos y Miguel Ángel López, realizó una novena, a las 5:39.

“Estoy feliz por ellos”, dijo López, voz demasiado Serena. “Son las primeras medallas olímpicas de la marcha española después de 20 años creadas (Paquillo Fernández, plata en Atenas frente a Jefferson Pérez). Han conseguido lo que otros no pudimos”.

En López, tan pulcro técnicamente también, sorprende la velocidad, la libertad, con la que se camina en el primer puesto, llovizna, 16 grados a las 7:30, la pérdida de la prudencia y la proverbial paz de quien anda a pie. Prohibido no dejar de fumar. Corren, Corren. Corré Dunfee, loco canadiense, y el japonés Kawano, en fuga. «Es el programa que busca a la persona que inventó el reportaje», dice Paul McGrath, un reservista de la banda. “Está expulsado negocioun circo, cuando lo más corto es la acción, lo más vale, un relampago, los 10s de los 100m, así, y nosotros, la marcha, somos los elefantes».

Los elefantes abren caminos. A los elefantes nada los detenidos. López sufre, pero los expertos Álvaro Martín y Daniel Pintado mantienen la calma en medio del Huracán. Control. Al final del puesto (11,4 kilómetros), la aceleración ecuatoriana. Una palmada en la mano tirada a Morejón, a María Pérez. Intenta definir la prueba, que se declarará más al final del primer post de los caminantes, cuando la mujer de Orce se irá volando a la mínima. La alarma. “María murió en la transición, muerta”, explica Garzón, su contratista. “No tenemos nada, 35 minutos, para recuperar. Vomité un día, pero no fueron problemas de estómago, fueron las llamas, los restos del proceso viral que no habían tenido un poco. Actuaron los fisios, los médicos, le quitamos el chaleco del frío y la colentamos con toallas. También se cambian de calzado, con la lluvia bailaba el pie sobre la placa de carbono y corría riesgo de torcerse el tobillo, pero ella siempre mantenía fuerte la cabeza”. María Pérez, renacida, recibe la última palmada de Álvaro Martín. El vacío ya lo ha hecho, a medias con Pintado. “Ye he hecho el trabajo sucio”, dijo Martín. “María, digamos, l’tenía más fácilmente porque yo es la mala del equipo, ella tiene mucha más calidad que yo y, es más, en los últimos kilómetros yo la iba diciendo María, ya es suficiente, no hace falta apretar más. , disfruta, pero quiere sacar fruta a su manera, también es competitiva”.

Solo quedaba rematar. Desata la ira de un solo golpe. El privilegio le corresponde. Se ha ganado el derecho a repasar el pasado no como un serie de gracias – el llanto en el Mundial de Doha 19 a medianoche, consumido por el calor y la humedad, el cuarto puesto de Tokyo, la descalificación por mala técnica del Mundial del 22 , el cambio técnico, la victoria en Budapest fue castigada con una sacro derrota el pasado mes de noviembre, la enfermedad de su compañera, Noelia, recuperada…–, si no como el recorrido que tiene más valor que eso.

“Este evento nació con las tres cuatro ciudades de Tokio, María, Tur, Álvaro”, afirma Garzón. “Aquello no fue un crash, sino el inicio”.

Carrillo, el maestro de Cieza, retrocedió más, calmado pesa a todo, sin el agobio ya de break el sombrero ya roto. “Hoy, no, je ha dado llorera”, dijo. “Siempre lo he dicho en los cursos que hace el entrenador, la primera medalla olímpica del atletismo español fue en marcha, Jordi Llopart en Moscú 80; También la primera medalla de oro es de marcha, Dani Plaza de Barcelona 92. ¿La primera medalla de una mujer? María Vasco, a 20 kilómetros de Sidney. Joder, estamos aquí para abrirte las puertas a las medallas. Creó una tradición dentro de nuestra disciplina. Estuve 42, 43 años en Esto y estoy orgulloso de que todos los que lo hicieron vienen de los anteriores. Plaza empezó por ver a Marín y Llopart, Juanma Molina al ver a Plaza, Miguel Ángel, cuando Juanma ganó una medalla en Helsinki, y Paul me decidió el otro día cuando ganó a Miguel Ángel con su dinero en Moscú… Tenemos hay un ancestral tradición que es increíble”.

A la vida que representó la carrera de la persona del único caso en el medio, cuando la marcha española celebra el gran día de la culminación de su recorrido.

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