Andoni Zubizarreta: Camino al Sueño | Fútbol | Deportar

Bueno, viajé durante el día y tuve que hacer un recorrido extraordinario para realizar el viaje. Recoge todo el tiempo de la indumentaria de corto, cuando la semana anterior una fiesta decisiva transcurrió lentamente, pesado, un poco avisado porque una mínima lesión podías sacar del encuentro más deseado, una atención mesurada para controlar todos los detalles, para preparar todo lo posible. situaciones, para analizar y saber un poco más de nuestros rivales, ese poco más que se traducirá en acciones, esas que nos recuerdan los detalles y que pueden ser decisivas. La semana pasada, todas las noches jugarás tus partidos, es la final de un modo que te traerá entre más cansancio por la tensión y más alegría si el partido ha finalizado en Copa. Todavía cree que estas partes deciden jugar tanto en su cable que si no se ejerce un buen control sobre esta tensión, lo que corresponde al riesgo de haberlo comprado en el momento de la lástima inicial, a la que puede deberse toda su energía. el declive de la imaginación y el depósito. Esto es lo que sucede cuando ves el momento de la realidad.

Que me enviaron en todo momento aquellos compañeros que tenían capacidades de retiro en las entrevistas, que tenían hermanos ante cualquier evento que para mí demandaba cada gota de mi concentración, entre ellos perdían la confianza, perdían y hasta cierta desconsideración como si aquello no afectara. cualquier cosa, como si estuvieran enfrentando algún problema o dificultad. Entonces, con el tiempo, aprendí que es su forma de lidiar con la tensión y las expectativas, y que es un poco más fácil cuando calman la luz antes de acostarse y se preparan para enfrentar sus demonios.

Tuve un primer momento cuando me convertí en este hombre para el viaje decisivo, sólo pensé que no sentía nada de lo imprescindible; vamos, el bolso con los guantes, porque el pijama debe ser fácilmente recambiable, y por tanto nada de móviles, tablets o cargadores; sólo un libro con un título positivo y no puedo determinar el número exacto de revisiones. Pero la bolsa de guantes se abre y cuelga cada 5 minutos para confirmar que hay cuatro pares de guantes y uno por amuletos que un día, ya olvidado, se colaron dentro y que fueron saltando de bolsa en bolsa, de vez en cuando, del club. al club hasta el final del fin.

Se dice que toda la responsabilidad de mantener cero en el usuario en todas las decisiones que toma se centra en cada objeto pequeño, en todos los colores de guantes y en todos los pliegues de los medios. Todo ello con el mantenimiento de tu equipo dentro de la final, dentro de la lente.

Entonces, un día que voy a trabajar en algo, me puse a pensar que en el mismo proceso llegaba un porteador en otra ciudad, en otro país. Solía ​​​​​​me entretiene en la reflexión si tendría ritos similares, hábitos parecidos, donde s’appartenería a la tribu de ligeros et sobrellevaba aquellos momentos de formma plus liviana, más ligera, mas disfrutona.

Durante algunas de estas cosas completaré mi macho y me haré entrar en la persona que entregó la gorra en las semifinales contra el Atlético, incluso los 25 grados de Sevilla y el Gore-Tex de la gorra han perdido su lugar.

En cierto modo me di cuenta de que mis amigos mallorquines estaban en el mismo proceso, en la misma ilusión, los mismos hombres y el mismo derecho al sonido.

De alguna manera esta reflexión, cuando reconocemos mentalmente toda esa energía positiva agotada estos días en Bilbao, todo este orgullo de propiedad, toda esta singularidad convertida respecto a una generación; Hoy, es la gran madre la que constituye la parte de cada jornada del Athletic para dejarme llevar por el culo de mi macho y así poder aguantar en el desayuno del domingo, pase lo que pase en el césped, pase lo que pase con la Copa, para que le regreso sea tan singular, tan colectivo, tan relacional, tan atlético.

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