Roberto Manrique, víctima de vigilancia del terrorismo y responsable de las funciones de la Unidad de Seguimiento y Valorización de las Personas Afectadas por el Terrorismo, llevó a cabo la reapertura de la oficina de seguimiento de las víctimas del terrorismo de Cataluña y pudo salir a marcha para una atención destacada protocolo. En las declaraciones a la prensa sobre la finalización del acto institucional de domicilio de las víctimas del 17A, Manrique llevó a la administración catalana la creación de un protocolo de atención postatentado adaptado a las características de este delito y la creación de una oficina de La atención a víctimas del terrorismo, como las comunidades de Euskadi y Madrid, y Cataluña estuvo abierta durante un mes, pero el Gobierno fue frenado en 2010 por los registros. También pidió una legislación autónoma para prestar atención a las víctimas del terrorismo y la creación de un Centro de Memoria Histórica sobre el Terrorismo. Por eso reconocemos en un manifiesto que leyó a los representantes políticos y que Cataluña es la segunda comunidad que ha sufrido un gran número de agentes terroristas. «Creemos que si hay un mínimo de sensibilidad en nuestra sociedad colectiva, estas exigencias están ahí para funcionar. Además, la cuestión de estos servicios y estas leyes provocó que, ante un acto terrorista, en Cataluña no estuviéramos en desacuerdo con una respuesta adecuada a las necesidades de las víctimas”, dice el comunicado. Lamentó que haya una «falta de sensibilidad que entristecen algunas administraciones» hacia las víctimas del terrorismo y dijo que estaba muy bien que tuvieran casas, «que tenían que hacerlo», pero que el resto del año la víctima el tratamiento asistencial es «prácticamente nulo».