La apuesta española por el hidrógeno verde ha recibido este viernes un espaldarazo en Bruselas. La Comisión Europea ha autorizado al Gobierno hasta 1.200 millones de euros en ayudas estatales para desarrollar esta fuente de energía renovable, mientras España aspira a convertirse en un referente mundial. Este vector energético es una de las señales del decreto de la UE –y, sobre todo, de Alemania– como herramienta estratégica para registrar la transición a una economía sin emisiones de carbono en 2050, especialmente para sectores difíciles o imposibles de electrificar. .
El dinero que España destinará a este objetivo será también el procedimiento de recurso comunitario, que podrá financiarse con fondos del plan de recuperación de la pandemia. Los actores -aprobados como ayudas estatales, en la categoría que elabora el ejecutivo comunitario- deberían producir antes de finales de 2025, según la explicación de esta vida de Gabinete de Ursula von der Leyen.
🇪🇸España destinará 1.200 millones de euros a la producción de hidrógeno.
El plan fue aprobado hoy por la Comisión y será financiado íntegramente por el Fondo Europeo de Recuperación.
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– Comisión Europea (@ComisionEuropea) 26 de julio de 2024
«Estos 1.200 millones permitirán a España acelerar el despliegue de sus capacidades de hidratación renovables, en línea con la estrategia de hidratación de la UE y con el Pacto Verde europeo», afirmó entusiasmada Margrethe Vestager, comisaria competente. «El régimen también ayudará a España a reducir su dependencia de los combustibles fósiles importados, minimizando al mismo tiempo todos los posibles falsos amigos de la competencia», confía.
Aunque la electrificación de los hogares y del transporte sea ligera, sobre todo, es el pilar sobre el que pivota la descarbonización de la economía, el hidrógeno debe desempeñar un papel esencial en la industria o en el tráfico comercial por carretera marítima. También en la producción de combustibles renovables, como el SAF, que está llamado a destruir el petróleo en el sector de la aviación, uno de los combustibles fósiles más difíciles de eliminar.
El régimen fue aprobado autorizando subsidios para las inversiones de hidrógeno renovable que tengan una capacidad instalada de 100 megavatios (MW) o más y se destinen únicamente a la producción de este combustible. También puedes consultar las ayudas públicas para la fabricación de productos derivados del hidrógeno, la instalación y producción de electricidad a partir de esta fuente de energía. «Las inversiones subvencionadas podrán destinarse a la producción de combustibles renovables derivados del hidrógeno, a la explotación del hidrógeno y a la producción de electricidad verde», declaró este ejecutivo comunitario.
Si la fecha límite para ingresar las ayudas es el 31 de diciembre de 2025, antes incluso del momento en que hay que malgastar el dinero del plan de recuperación, tiene una explicación: el ajuste de las normas de ayudas estatales que permite inyectar cantidades de ingredientes. dinero para proyectos destinados a impulsar la transición hacia una economía libre de emisiones finalizados hoy mismo. La mano de Bruselas para este tipo de subvenciones se abrió en marzo del año pasado y desde entonces han desaparecido los anuncios de ayudas realizados por los Estados miembros, tanto con fondos comunitarios como propios.
Rumbo en Alemania
El objetivo prioritario de estos 1.200 millones de euros es el alumbramiento de clusters -o valles de hidrógeno renovable, como se les conoce en el sector: grandes núcleos o zonas industriales de generación y consumo, a escala, de este vector energético limpio. Cuando completes este meta, el próximo retorno acelerará las exportaciones de este combustible. Sobre todo aquí y en el norte: Alemania, líder indiscutible de la industria europea, necesitará grandes cantidades de hidrógeno verde en los próximos años. Y España está llamada a ser uno de los países que satisfaga, en particular, sus necesidades.
Para ello es fundamental el apoyo de H2Med, el primer corredor europeo que transporta agua desde la Península Ibérica a Francia y Alemania, y que forma parte del atractivo de BarMar, un circuito hidráulico que conecta Barcelona y Marsella y que, con una inversión prevista de unos 2.500 millones de euros, para que Bruselas también desembarque al hombre, aportando aproximadamente la última cantidad necesaria, será debería en 2030. El país alemán ha ocupado un puesto de trabajo en su infraestructura nacional, que tendrá que aguantar a 1.800 kilómetros a finales de esta década.
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