El auge del “trabajo en la sombra”, el lado oscuro de las nuevas espiritualidades

(Marc Bonomelli es periodista independiente, especializado en el estudio de la religión y las nuevas espiritualidades. Autor de Nuevos caminos del yo. Inmersos entre los nuevos espirituales (Arkhê, 2022), analiza en una columna mensual la abundante espiritualidad de nuestro tiempo y la forma en que ésta se reinventa. Desde los “neodruidas” hasta los “soul surfers”, estas nuevas “rutas del yo” parecen atravesar todos los ámbitos, desde la salud hasta la política, pasando por la tecnología digital, el desarrollo personal y, por supuesto, las religiones).

Terminarlo agotamiento positivo ? No más sobredosis de “positividad tóxica”, esa creencia culpable de que hay que seguir siendo positivo a toda costa, que los sociólogos y psicólogos Eva Illouz y Edgar Cabanas ya denunciaron en 2017 en su trabajo. felizcracia (Primer Paralelo, 2018)?

Hoy, este hartazgo gana cada vez más terreno dentro de los vastos mundos de las nuevas espiritualidades y el desarrollo personal. Tanto es así que una corriente contraria está experimentando un verdadero crecimiento: la trabajo de sombra.

En los comienzos era la sombra

En los últimos meses, el trabajo en la sombra ha adquirido una visibilidad sin precedentes, hasta el punto de convertirse, en determinados días, en una orientate, fuerte tendencia en redes sociales como Instagram o TikTok. La expresión designa un “trabajo” personal, con el objetivo ya no de huir de nuestros lados oscuros, sino de afrontarlos y comprenderlos, con el objetivo de sanar, aceptar o realizar.

Esta idea, hoy popularizada por autores como Isabelle Cerf, entrenadora, médium y autora, entre otros, del reciente Trabajo en la sombra. El diario que arroja luz sobre tus lados oscuros (Good Mood Dealer de Exergue, 256 páginas, 13,90 euros), está particularmente inspirado en los escritos del psicoanalista Carl Gustav Jung (1875-1961).

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Conocido por su trabajo sobre los arquetipos del inconsciente y su profundo interés en el misticismo, Jung conceptualizó el» sombra «, que se refiere a las partes de nosotros mismos que son negadas, consideradas indeseables en la definición de nuestra personalidad o silenciadas por miedo al rechazo social. Celos, ira, deseos no reconocidos, incluso impulsos asesinos: la sombra puede adoptar diferentes aspectos según los individuos y los contextos.

“Hace unos diez años que oigo hablar del trabajo de las sombras mientras investigaba el neopaganismo y las espiritualidades contemporáneas, particularmente en determinadas corrientes inspiradas en tradiciones como el chamanismo o el espiritismo”, explica también el antropólogo Nicolas Boissière. Según este profesor de la Universidad de Quebec, en Montreal (Canadá), “la existencia de esta práctica tiende a atenuar las críticas que se han hecho al desarrollo personal y a la espiritualidad, acusándola de estar demasiado centrada en las energías positivas”.

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