Apenas elegida para el Parlamento Europeo, la activista pro palestina Rima Hassan ha aparecido en los titulares. El jueves 25 de julio, el eurodiputado de Les Républicains (LR), François-Xavier Bellamy, anunció que iba a presentar una denuncia contra su colega La France insoumise por “amenaza e incitación a cometer un delito o una falta contra un funcionario electo”. Rima Hassan, juzga, lo tiene “referido por su nombre como víctima de los círculos islamistas” en las redes sociales.
En Bruselas, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, por su parte, abrió una investigación sospechando que Rima Hassan, en el caso entre ella y François-Xavier Bellamy, había violado el código de conducta de la institución. La abogada franco-palestina se enfrenta a sanciones económicas y a una prohibición temporal de ejercer su labor como parlamentaria.
Rima Hassan decidió, equivocadamente, presentar una denuncia contra François-Xavier Bellamy por “difamación pública y denuncia calumniosa”, como hizo saber su abogado, el maestro Vincent Brengarth, el jueves 25 de julio por la tarde. También envió un correo electrónico a Roberta Metsola pidiéndole que investigara el comportamiento de la eurodiputada LR.
Distribución de puestos
Todo empezó el lunes 22 de julio, cuando François-Xavier Bellamy supo que Rima Hassan tenía prisa por ocupar una de las cuatro vicepresidencias de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo. De hecho, unos días antes, los distintos grupos políticos se habían repartido competencias –presidencias, vicepresidencias, etc.– en las comisiones parlamentarias en función de sus resultados en las elecciones europeas de principios de junio, y las izquierdas radicales de La Izquierda obtuvieron este trabajo.
Le resulta imposible volver a la “rebeldía” cuyo antisemitismo ha expresado repetidamente, afirmó el juez François-Xavier Bellamy. Inmediatamente se puso en contacto con Manfred Weber, presidente del grupo democristiano del Partido Popular Europeo (PPE), al que está afiliado LR, para cerrarle el camino. El alemán no quiso retractarse del acuerdo que había firmado con sus homólogos, pero el retrato de Rima Hassan que le pintó François-Xavier Bellamy le hizo cambiar de opinión.
Sobre todo porque el Comité de Derechos Humanos, del que surgió el escándalo «Qatargate», es, en el Parlamento Europeo, un importante lugar de influencia para los Estados extranjeros que intentan defender su imagen o degradar la de un país con el que están en conflicto. Desde China hasta Turquía, pasando por Marruecos, los Emiratos Árabes Unidos y la India, diplomáticos de todo el mundo y grupos de presión de todo tipo mantienen contactos regulares para hacer valer su causa. Porque es este foro el que lanza, cada mes en Estrasburgo, “resoluciones” sin valor legislativo alguno pero cuyo contenido se lee con la mayor atención fuera de las fronteras de la Unión.
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