Los nervios se han ido. Carlos Alcaraz hizo un tonto en su papel con Rafa Nadal en su dobles. Juega un hombre con un hombre con él, en el terreno de Roland Garros y en uno de estos juegos que consisten en un servicio postal cuyo coste es similar. Las caídas se sucedieron en esta ciudad, y no se produjo ningún registro en el campo de Roland-Garros y Wimbledon, lo que calmó la mente y resolvió el brazo. La Victoria tuvo una liberación, pero también una fiesta, y la pareja española del martes espera pasar a segunda ronda frente a los holandeses Griekspoor y Koolhofl (a las 16.00 horas; a las 15.00 horas, Granollers y Carreño se enfrentan a los australianos Ebden y Colegas). Antes, el murciano logró la segunda parada individual, precisamente ante Griekspoor, por 6-1 y 7-6(3). Es una maratón en París.
Alcaraz tiene una derecha que queda derribada por su potencia y precisión. El joven confía en su armamento que descarga cada balón como si fuera el último. Entonces me convertí en tu rival y lo hiciste en la primera oportunidad, pero también aprovechaste las oportunidades para detener inmediatamente el intercambio en lugar de masticar el punto y esa fruta cayó por madura. Cuando esperas tu momento y sabes cuándo atacarlo, tienes un pequeño antídoto. Griekspoor pilló la avalancha del tenista murciano, que fue pisoteado y aterrizó en el primer set por 6-1.
Las fuerzas se encuentran en el segundo manga. Alcaraz no mantiene el tren con tantas revoluciones y Griekspoor se encuentra en la batalla de los cojones. Holanda desafía el saque sin mucho sudor y tendrá resistencia hasta la final. Ante el 5-4 en cambio, Alcaraz se tomó un descanso para apoyar al vestuario. Falla más de lo acostumbrado, su bola gope la red, y salva a bola de set. Apreció el puño, levantó el brazo, afirmó el extraterrestre de la Chatrier. Se atreve con una ya da marca de la casa, encaja a cruzado, firma dos as. El duelo se desarrolló en un tie-break, territorio de las mentes más poderosas, y Alcaraz dictó su ley, mucho más incisiva, confiada a la victoria. Esperas a Nadal para los dobles.
Entre el resto de la tropa española, Cristina Bucsa se enfrentó a la canadiense Leylah Fernández por 7-6 y 6-3, luego opuso la victoria en dobles a Sara Sorribes: 6-1 y 6-2 a las italianas. Bronzetti y Cocciaretto.
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