La clase mediática pierde sus contraventanas en Francia | Negociaciones

Hay números, marcas, lugares que brillan y fascinan hasta que, sin saber cómo ni para qué, un día coges un abrigo gris y entonces los ves. El activista y escritor Cory Doctorow acuñó la palabra “enshitificación«. Literalmente, este término se refiere al proceso por el cual algo se convierte en mierda. Doctorow, con esta cruda expresión, se refiere al momento del rechazo a plataformas digitales como Facebook. Quizás estemos ante la crisis de las cadenas de ropa francesas que florecieron durante los años anteriores y el nuevo año del paso del siglo, y que, con el paso del tiempo, ha perdido brillo.

Algunas personas eran las más Frío, eso es más guay. Los números de Naf-Naf, Kookaï, Camaïeu, Pimkie y otros forman parte del paisaje de las calles de las ciudades, grandes y pequeñas (la Francia bella, la de postal), y de los centros comerciales de las afueras (la conocida como France fea ).

En los últimos años, y la competencia de las marcas y cadenas más baratas como la española Zara, los cambios en la costumbre de los consumidores y, en definitiva, la pandemia de la covid y la espiral inflacionaria, la sentencia. Algunas personas se sentirán arrastradas a la suspensión de las páginas. O han tenido que rerrarar decenas de tiendas. Es una crisis –la de los canales franceses que acompañan a las clases mediáticas en la etapa final de la era dorada de la clase mediática en Occidente– que explica un cambio social fundamental.

Sólo en 2023, unas 4.000 personas estaban empleadas en el sector textil, según los últimos datos de la Alliance du Commerce, organización profesional de esta industria en Francia. En cuatro años, uno de cada cinco clientes ha desertado.

«Kookaiette…La nueva generación de jóvenes elegantes y sin duro”, declaró un reportaje televisivo desde la final del estreno sobre lo que entonces era el fenómeno Kookaï. El as las kookaaiettes Estas son las chicas que llevan el vestido de Kookaï. El vídeo, conservado en el archivo nutricional del Instituto Nacional Audiovisual, parece, desde la perspectiva de 2024, un sentimiento nostálgico por un mundo que no cambiará. Declarar un kookaïette en el reportaje: «La mujer de 40 años que necesita un traje de baño para ponerse una camiseta de tirantes o una chaqueta, incluyendo Chanel o Saint Laurent, venderá aquí para conocerla, como la chica de 16 años que busca una camiseta o un traje de baño para salir de noche”.

Revisión generacional

Aquellas las kookaaiettes Hoy superan a la pequeña de cinco años y a sus amigos ni en Kookaï, que el pasado otoño fue adquirida por el grupo francés Antonelle-Un jour en otros lugares, ni en otras marcas como Camaïeu, en liquidación desde el pasado mes de septiembre. Compra a jóvenes y alcaldes, a través de Internet, o ropa de segunda mano, en multinacionales como Primark, H&M o Zara, o en varias cadenas como Action o Zeeman.

Alabama listo para llevar Autoctono, de tamaño medio, de precios medios y para la clase mediática, cuesta resistir los nuevos tiempos. En realidad, la crisis refleja un fenómeno más amplio que alimenta la neurosis recurrente francesa durante la eternidad de su decadencia.

Así lo llaman Jérôme Fourquet y Jean-Laurent Cassely, en el ensayo Francia ante nuestros ojos, “el fin de la casa común” o “desmediación”. Se trata de la erosión y desintegración de la clase mediática francesa. Unos pueden y otros suben, y es un bloque más o menos compacto que se fragmenta en estilos de vida dispares.

Por un lado, una alta clase mediática que apuesta por productos más sanos y diferenciadores (sean la hamburguesa gastrónomo, o el SUV eléctrico). Por el otro, una clase mediática más baja que come pastel y consume productos más aburridos (como McDonald’s y kebabs, o el omnipresente Dacia Duster). De todo hay hoy dos versiones: el principal descuento. Y en promedio, un vacío creativo.

Aquí puedes ver las últimas postales coincidentes.

Sigue toda la información de Economía Negociaciones fr. FacebookXo en nuestro boletín semanal

La agenda de Cinco Días

Las ciudades económicas más importantes del momento, con las claves y contexto para entender tu capacidad.

RECIBELO EN TU CORREO

Suscríbete para seguir el curso

Límites del pecado de Lee

_