las industrias culturales no son profesiones ordinarias. Incluidas sus versiones más comerciales. Siempre tienen dos caras. La salida a bolsa, este martes 5 de julio, de Deezer, el líder francés de la escucha online, es el ejemplo más perfecto de ello. Por otro lado, es el servicio para escuchar música más utilizado en Francia, con un tercio del mercado francés y más de 5 millones de suscriptores. Su asociación con los principales operadores telefónicos garantiza una visibilidad excepcional. La operación financiera, que valora a la compañía en más de 1.000 millones de euros, le permitirá recaudar 143 millones de euros para acelerar su despliegue internacional.
Por otro lado, el buque insignia francés de la música en Internet sigue buscando un buen modelo económico. Quince años después de su creación, en 2007, la empresa sigue sin ser rentable. En 2021, registró pérdidas de casi 123 millones de euros por 400 millones de facturación. Tras un intento fallido en 2015, regresó a Bolsa mediante una fusión con un vehículo cotizado, creado para la ocasión, que ya había recaudado los fondos. Afortunadamente para Deezer, porque la caída que azota actualmente a los valores tecnológicos en los mercados no le habría permitido considerarlo por la vía tradicional.
Bajas posibilidades de ser llamado al grupo delantero
La crítica fácil sería señalar la falta de internacionalización de la empresa. Creada un año antes, su competidor europeo, el sueco Spotify, se movió mucho más rápidamente hacia los principales mercados globales, particularmente en Estados Unidos. Como resultado, hoy es veinte veces mayor en facturación y valoración de mercado. Su cuota de mercado global alcanza el 30%, frente al 2% de los franceses. Y como los otros competidores se llaman Apple, Amazon o Tencent, sus posibilidades de llegar a la cima son escasas.
Pero el problema es más profundo. Ningún operador gana dinero en este mercado. Spotify registró pérdidas de 600 millones de dólares (575 millones de euros) en 2020 y 38 millones en 2021. Nada que ver con los cuantiosos beneficios de la gran Universal (900 millones de dólares). Al igual que con el vídeo con Netflix, los nuevos actores de la música en línea aún tienen que transformar su considerable éxito popular en éxito económico. Aún no está ganado.