Que lo sepan todos en los Juegos: “Quique Llopis ha llegado” | Juegos Olímpicos París 2024

La recogida de medallas del Atlético de España sobre el asfalto y la pista lavanda del estadio fue bombardeada por bombas que iluminan y dejan con la boca abierta, como Moha Attaoui, que a 250 metros de la final de la serie de 800 m cambia de ritmo como él solo , dinámico, y resulta que al salir de la última curva y entrar a la derecha, ve uno a dos, y mira asustarse, incluso sus gafas de sol impiden ver la mirada, porque nadie le persigue de cerca. Gana con 1m 44,81s, con un segundo 400m por segundo más rápido que el primero (52,9s + 51,9s; 25,6s los últimos 200m). Batí mi fabuloso 1m 42,4s en Mónaco, el atleta de Torrelavega, hace 22 años, tras en llamas.

Esperamos grandes cosas de Attaoui en París (Viernes, semifinales: Adrián Ben y Elvin Josué Canales jugarán la joven repesca; sábado, final) como también esperamos de Quique Llopis, que desde Gandía, donde se entrena, ha sido enviado a París. Llopis es un gigante de los valles (1,86 m, 77 kilos) que tiene 23 años listo para el gran salto. “No, gran salto no, sufrir una escalada mayor en una progresión continua y regular”, aclaró su empresario, del joven, Toni Puig, el mismo que proclama a gritos: “Quique Llopis ha llegado”.

Tres años después de la irrupción de Asier Martínez, otro español del año 2000, ganó la final olímpica (junio, 21.45 horas) de un estudio creado para cargos electos. “Mi profesor me dijo que el recorrido de 110 metros es la prueba más complicada”, recuerda Puig como uno de los ganadores jugando con el peligro. “Hay que salir bien, luego superar 10 obstáculos (las paredes miden 1,07m) a toda hostia y llegar más rápidamente aún”.

Llopis realiza una demostración práctica durante las semifinales. Calle 5. A su derecha, Grant Holloway, el monstruo del momento en la especialidad (mejor marca, 12,81s, una centésima del récord mundial), a la izquierda, el japonés Rachid Muratake (13,04s), que está desconcertado porque muy bajito y tienes salida supersónica, tu mejor arma. “Y por eso Llopis sale lento, pero no. Trabajó mucho en el lanzamiento con Valentín Rokandio, técnico de relaciones. La salida de este lugar no se puede mantener porque es tan grande y tan grande que no se puede conducir, y hay problemas con el primer valor. “Nuestros problemas a lo largo de los años, y con mucha paciencia y con vuestro trabajo, habéis conseguido ajustar vuestra salida a vuestros pasos antes de la primera etapa”, explicó Puig antes de la carrera. “Que vale para el 40% del camino, pero la verdad para Llopis es del tercer valle, en fase lanzada. Dejará estar en Holloway, que está en otro nivel y adelantará en Muratake. Acabara segunda”.

Puig lo clava. Todo lo que vendo tal y como está escrito, incluso en los últimos valles de Llopis se pone un poco tenso. «Es mi descaro y tengo miedo, porque vi que Parchment (Jamaica, campamento olímpico en Tokio 2020) está aquí, y todavía no los he visto», dijo Llopis, quien terminó segundo, de hecho, con una marca de 13. 17s, el mejor cuarto de los finalistas Lucharé por todo y ya está”.

La progresión del deportista de Bellreguard, paralela a la del navarro Asier Martínez (eliminado en semifinales), se paró en 2023, tras el golpe sufrido en la última etapa de la final de 60 m del Europa de pista cúbica en Estambul. “Tardó tiempo en volver a empezar. “Estoy de mi lado con una bicicleta en solitario”, dijo Puig. “Si no hubieras oído lo que pasó en Estambul, en el mundo de Budapest era un nuevo día, a las 13.30 eran las 13.20-22.00 y todo en 2024 habría tenido más sentido”.

Sol de 2024: marzo, ubicado a 60 m del valle cubierto Mundial en Glasgow; Junio, medalla de plata en el Europeo de Roma, con la mejor marca personal (13,16s, pero en el club restringido de sub 13,20s las marcas son las que juegan por las medallas). “Hay pistas cubiertas en el mundo, donde tengo cuatro, sé que 60 años no es la mejor experiencia que tengo y que mi nivel de competición cambia mucho, tanto física como psicológicamente. “Estoy mucho más tranquilo”, dijo Llopis, con el tatuaje de la frase de Harry Potter, clara en la oscuridad, todavía en su brazo, y la medalla del Rayo, en su perro. “Hoy tengo todo lo que necesito hacer”. En Roma, sin embargo, peso la medalla de plata, Llopis aún no está al 100%. “Fuimos allí sólo porque no había material para nuestro tiempo, pero una semana después de derrotar al veterano Llopis en el campeonato nacional de La Nucía, que corrió en solitario hasta una marca de 13.09s”, afirmó Puig. 13.09s es la puerta de entrada a la excelencia, la 47ª mejor marca global de la historia. “La clave es la velocidad entre los valles, la mejor frecuencia ciclista. Un segundo entre valla y valla. Por eso trabajamos más, donde siempre tenemos un mayor margen de calidad. Que son musculosos y muy buenos para la cima del valle, y atacan a mayores distancias, con mejor parábola, evitando la visión excesivamente vertical”.

Sus vallas, se dice, no pueden asegurar nada, ni prometer, pero tras la medalla de plata de Orlando Ortega en Río 2016, siempre ha habitado a un español en una final olímpica. Después de Asier Martínez, le toca el turno a Llopis.

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